Contexto económico

Modelo económico 

Durante el siglo XIX, el modelo económico de Colombia estuvo marcado por transformaciones y desafíos significativos, en un contexto de inestabilidad política y dependencia económica. Después de la independencia, el país se enfrentó a la crisis de la estructura económica colonial, lo que impulsó la exploración de diversas estrategias de modernización.

“Interior de una tienda en la calle principal de Bogotá con muleros comprando”. Joseph Brown. Acuarela. 1840.

Según SocialHizo (s.f.), existía un mercado interno restringido y una apertura hacia el libre comercio, factores que influían en las relaciones con el mundo occidental e integraban a Colombia en las corrientes emergentes del capitalismo industrial.

El siglo XIX fue también escenario de la lucha por el poder económico y político entre los partidos Liberal y Conservador, lo cual desencadenó varias guerras civiles y cambios en el modelo de gobierno. Estos conflictos y la presión de las clases socioeconómicas para obtener mejores condiciones de mercado y producción resultaron en decisiones trascendentales como la abolición de la esclavitud y la expropiación de tierras pertenecientes a la Iglesia católica.

Productos y Actividades económicas

Tabaco: Fue el producto principal de exportación de Colombia durante la mayor parte del siglo XIX, aunque su relevancia disminuyó en las últimas décadas de ese siglo. 

Agricultura: Fue la actividad más importante y presentó características de un sector poco desarrollado, dominado por prácticas tradicionales y técnicas agrícolas anticuadas que limitaban la productividad. Los principales productos agrícolas fueron la quina, el añil, el algodón y el café, que a finales del siglo comenzó a ganar relevancia.

Minería: Especialmente de oro y plata, también jugó un papel crucial, aunque las minas estuvieron paralizadas desde finales del siglo XVIII. “Configuró una eficaz red de caminos de herradura que animaron el comercio y la colonización de baldíos, creó el ambiente para que numerosas personas desarrollaran habilidades técnicas, empresariales y gerenciales.” (Molina Londoño, L. F. 2017)

Transformaciones económicas

La industrialización en Colombia durante el siglo XIX fue un proceso lento, marcado por múltiples desafíos. Entre ellos, “La poca industria existente, aunque en extensión, solo había provocado que empeoraran las condiciones de los obreros.”  (Montano, J. 2021), así como las dificultades derivadas de la competencia con productos importados y la dependencia de recursos naturales como el agua para generar energía. No fue sino hasta 1880 que la energía de vapor comenzó a ser introducida en algunas fábricas, marcando un avance hacia la mecanización. Sin embargo, su integración completa en la industria con otros sectores no se consolidó.

Crisis financieras

Se constituyeron en una serie de eventos económicos complejos que reflejaron la inestabilidad y los desafíos de un país en desarrollo. La lucha por la independencia tuvo un costo económico considerable, impactando negativamente en la producción y el comercio. Como resultado, la economía de la Nueva Granada se deterioró aún más hasta aproximadamente 1850.

La inestabilidad política y las guerras civiles contribuyeron a una verdadera parálisis económica. “La población trabajadora vivía en condiciones de gran pobreza y apenas tenían derechos laborales. Esto provocó una larga crisis en el país que el gobierno trató de paliar aumentando los impuestos en el interior del país.” (Montano, J. 2021) y La inflación se convirtió en un problema serio debido a la emisión excesiva de dinero para cubrir los gastos de las guerras civiles. Además, la Gran Colombia se transformó en el principal deudor internacional durante los años veinte del siglo XIX.

Reformas agrarias

Durante el siglo XIX en Colombia, se llevaron a cabo reformas agrarias como intentos para resolver la desigual distribución de tierras y mejorar las condiciones de vida de los campesinos.

Varios intentos de reforma agraria se experimentaron a lo largo de este siglo, buscando una distribución más equitativa de la tierra y la promoción del desarrollo agrícola; sin embargo, estos esfuerzos fueron obstaculizados por la resistencia de las élites y la ausencia de un marco institucional sólido que pudiera implementar los cambios necesarios. A lo largo del siglo XX, se efectuaron nuevos intentos por reformar la estructura agraria, con políticas dirigidas a crear una sociedad rural compuesta por pequeños y medianos productores, pero estos esfuerzos no tuvieron éxito debido a que “no hubo decisiones políticas para modificar los factores de poder al interior de la estructura agraria, y para facilitar y promover el ascenso social y político de los pobladores rurales.” (Machado Cartagena, A. 2017).